Son cursos masivos, en línea y en abierto (denominados
con la sigla inglesa "MOOC”). Se han considerado en la literatura
divulgativa y científica como una revolución con un gran potencial en el mundo
educativo y formativo
Los MOOC vienen claramente definidos por su
carácter abierto (“open”), por ubicar la información y la relación entre los
distintos actores educativos en internet (“online”), y por el hecho de que el
tamaño de la comunidad educativa implicada en un curso de estas características
puede sobrepasar, con facilidad, los miles de personas (“massive”).
Se enfatiza, en los MOOC, el uso de las redes
sociales (Facebook, Twitter…) que consoliden estas comunidades de aprendizaje.
Además de las redes sociales, los implicados en la comunidad de aprendizaje
pueden aprovechar la agregación de contenidos para compartir información,
materiales temáticos o tangenciales, y estrategias de aprendizaje. Las
características:
- Gratuidad de acceso sin límite en el número de participantes.
- Ausencia de certificación para los participantes libres.
- Diseño instruccional basado en lo audiovisual con apoyo de texto escrito.
- Metodología colaborativa y participativa del estudiante con mínima intervención del profesorado.
Están siendo considerados como un tsunami que está
empezando a afectar a la estructura tradicional de organización universitaria y
formativa y cuyo desarrollo en un horizonte muy próximo resulta excitante,
inquietante y completamente impredecible.
España lidera la oferta de cursos MOOC en Europa
con 256 cursos según la Comisión Europea. Se ha situado en muy poco tiempo, y
de forma sorprendente, en el grupo líder de países que más actividad están
generando entorno a los cursos masivos en línea abiertos o MOOCs. Asimismo, de
las 80 universidades activas registradas en el espacio web del ministerio de
educación 28 tienen al menos un MOOC, lo que representa un 35% del total de
universidades. De ellas, 7 disponen de un MOOC en segunda edición, es decir un
8,8% del total de universidades en España. Y siguiendo a los mismos autores
apuntan que discriminando entre pública y privadas, se encuentra que dentro de
las 50 universidades públicas 20 disponen de algún tipo de oferta MOOC,
mientras que en las universidades privadas sólo 8 de las 30 tienen oferta y en
referencia con la presencialidad, se vislumbra una cierta diferencia entre
universidades tradicionales y a distancia. España cuenta actualmente con 6
universidades a distancia de las que un 17% tiene oferta MOOC. En cambio el
porcentaje de universidades presenciales con MOOC es de un 36%.
Ventajas
Las ventajas de este modelo parecen claras. En
primer lugar la flexibilidad que ofrece: el ritmo de aprendizaje se adapta al
alumno, que es el que decide qué hacer y cuándo. Además, estos cursos eliminan
las barreras geográficas y económicas: cualquiera pueda apuntarse,
independientemente de su situación laboral (trabajadores, desempleados,
estudiantes) y geográfica; el único requisito es tener interés por la materia
que se va a cursar.
Otra de las grandes ventajas es la posibilidad de
acceder a cursos de alta calidad con contenidos y materiales elaborados por
expertos de primer nivel. Muchos de los profesores que imparten estos cursos
pertenecen a universidades de gran prestigio internacional: Stanford, MIT,
Harvard…
Problemas e inconvenientes
Sin embargo, y a pesar de que las ventajas que
ofrece, este modelo de formación online también se enfrenta a desafíos y
dificultades. En primer lugar, registrauna alta tasa de abandono entre los
estudiantes que se inscriben, algo que no suele ocurrir en los cursos de
formación más tradicional. Según un artículo de The Wall Street Journal, la
tasa de finalización de los cursos suele estar por debajo del 10%.
Pero el reto principal es cómo hacer rentable un
modelo de formación en el que no se cobra por impartir clases. Para conseguir
que el modelo sea sostenible estas plataformas buscan fuentes alternativas de
financiación. Algunas buscan el patrocinio comercial de empresas o incluso
intentan que las grandes empresas incluyan cursos que den respuesta a las
necesidades de formación de sus empleados actuales o futuros. Otras recurren a
servicios complementarios o a la certificación de los exámenes finales.
Esto último da respuesta a otra de sus grandes
carencias: la falta de reconocimiento oficial de estos cursos. En este sentido,
se asiste al nacimiento de modelos híbridos: formación online pero con exámenes
finales realizados en los centros de enseñanza. De esta forma, y previo pago
detasas de examen, algunas plataformas están ofreciendo diplomas a los alumnos
que finalizan los cursos que ofrecen.
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